ETAPAS DEL EMBARAZO

El obstetra es quién controlará la salud de la mamá y el bebé durante el embarazo, en el momento del parto y luego del nacimiento. Así que si en tu EVATEST® aparecieron 2 rayitas es hora de que lo visites.

Primera Consulta

En la primera consulta, el médico te preguntará sobre la fecha de tu última menstruación, para poder calcular la fecha probable de parto que luego corroborará con una ecografía.

Te realizará un examen físico completo y necesitará algunos datos para realizar tu historia clínica: grupo sanguíneo, edad, peso, altura, embarazos anteriores, antecedentes de enfermedades tuyas y de tu familia, hábitos (fumar, tomar alcohol o drogas, beber café en exceso). A partir de esta información el médico podrá decirte cuáles son los cuidados que vas a requerir durante el embarazo.

También te asesorará acerca de los siguientes temas: alimentación, ejercicio fisco, actividad sexual, síntomas y molestias que podés llegar a tener durante los 9 meses y cómo aliviarlas.

Es importante que cuando salgas del consultorio te lleves una idea clara de qué cosas podés hacer y cuales no. El médico será la persona que responderá a todas tus dudas y debe estar al tanto de todo lo que te pase.

Estudios de rutina

En una de las primeras consultas se suele realizar un Papanicolao (PAP), una colposcopia y un exámen mamario.

También te realizarán algunos exámenes de laboratorio para evaluar: grupo sanguíneo y factor Rh, niveles de glucosa, hierro, glóbulos rojos, hematocrito y anticuerpos de distintas enfermedades. Tendrás que hacerte un exámen de orina completo para descartar infecciones urinarias.

Te pedirán una ecografía (se realiza por vía transvaginal) para confirmar la gestación, observar si se trata de un embarazo múltiple o no, si el embrión se encuentra dentro del útero o fuera de él (ectópico) y precisar exactamente la semana de gestación. De esta manera se puede comprobar si el feto se está desarrollando normalmente o no.

Controles

Las visitas al obstetra generalmente son:

– Hasta la semana 30 a 33, cada 3 ó 4 semanas.

– Luego, hasta la 36, cada 2 semanas

– A partir de la semana 36, de 1 vez por semana hasta que nazca tu bebé. Si el embarazo presenta alguna complicación o situación que necesite un mayor seguimiento, los controles serán más frecuentes según como los programe el médico. Esto puede darse en caso de tener diabetes, hipertensión, haber tenido problemas en embarazos anteriores, embarazo múltiple, etc.

– Entre las semanas 19 y 20 deberás hacerte un nuevo análisis y una nueva ecografía para controlar el desarrollo del bebé, descartar malformaciones congénitas y controlar tu estado de salud.

– A partir de la semana 24 pueden pedirte una prueba de sobrecarga de glucosa, para descartar una diabetes gestacional.

– Entre las semanas 28 y 32 te solicitarán otra ecografía para controlar el crecimiento y la posición del bebé, la placenta y el volumen de líquido amniótico.

– En la semana 36, el obstetra te pedirá otros análisis de laboratorio, un electrocardiograma y un cultivo para diagnosticar si sos portadora de una bacteria llamada estreptococo agalactiae.

– Entre las semanas 39 y 40, en ciertos casos, suele efectuarse un monitoreo fetal para evaluar la vitalidad del bebé.

Controles

Existe un test prenatal no invasivo que puede detectar a partir de la semana 9 del embarazo la presencia de anomalías cromosómicas fetales con un simple análisis de sangre materna con la misma precisión de la punción abdominal, sin dolor y el riesgo de pérdida de embarazo que ésta acarrea. Más información: www.babygen.com.ar

– Triple screening, Translucencia nucal, Biopsia de corion, Amniocentesis: son estudios que se realizan para detectar, con distintos grados de probabilidad, posibles anomalías cromosómicas.

– Ecografía Doppler: se realiza en caso de existir sospecha de algún problema fetal, ya sea retardo de crecimiento intrauterino, problemas en algún órgano del bebé, etc.

– Ecografías 3D ó 4D: es una ecografía en 3 ó 4 dimensiones. No aporta más datos que una ecografía común, pero se puede ver la carita del bebé en 3 ó 4 dimensiones, lo que tranquiliza a muchas mamás.

PESO Y DIETAS

¿Cuántos kilos debería aumentar?

Cuando se comienza con un peso normal lo ideal es aumentar entre 9 y 15 kilos en los nueve meses de gestación.

Si se comienza con un peso inferior al ideal, lo más probable es que se aumenten unos kilos extras, y si se comienza con exceso de peso sería óptimo no aumentar más de 6 a 9 kilos.

El aumento de peso en la mujer embarazada no es el mismo durante todo el embarazo y depende de diferentes factores, tales como el peso al inicio del embarazo, retención de líquidos y el tipo de alimentación..

¿Cómo se distribuyen los kilos que se aumentan en el embarazo?

En el vientre de la futura mamá se esta gestando la vida de una persona. Poco a poco, el futuro bebé está aumentando de peso, por lo que la futura mamá también deberá aumentar su peso.

La ganancia de peso se distribuye de la siguiente manera:

AUMENTO DE AGUA CORPORAL 1.5 Kg.
LÍQUIDO AMNIÓTICO 1 Kg.
ÚTERO 1 Kg.
GLÁNDULAS MAMARIAS 1 Kg.
AUMENTO DE SANGRE MATERNA 1.5 Kg.
PLACENTA 1 Kg.
BEBÉ 3.5 Kg.

¿Cuántos kilos debería aumentar?

Tu alimentación debe ser variada:

– PROTEINAS: Carnes, pollo, leche, huevo, pescado.

– MINERALES: (calcio, hierro y magnesio): Leche, frutas, vegetales.

– VITAMINAS: (A, B, C, D y E): Frutas, leche, verduras.

– Durante los primeros meses no comas grasas ni fritos.

– Grandes cantidades de una sola comida te pueden hacer sentir mal. Lo mejor es respetar 6 comidas diarias, lo que llamamos dieta fraccionada. Esto te ayudará a evitar las nauseas y contribuirá a que no te debilites si tenés vómitos.

– Realizá la última comida temprano y en forma liviana.

– No te acuestes inmediatamente, caminá un poco antes de irte a dormir.

– No comiences dietas para adelgazar, lo más importante es no engordar.

– Es preferible que comas jamón y queso, una fruta o un yogurt antes que chocolates que solo te engordarán.

– Es recomendable que consultes a un nutricionista para que se encargue de realizar un plan nutricional de acuerdo a tus necesidades.

– En líneas generales se recomienda un aporte diario de 300 calorías extras a las habituales (entre 2.100 y 2.500 calorías diarias).

– Recordá que el aumento de peso gradual durante todo el embarazo es el mejor indicio de que tu bebé está desarrollándose normalmente y dará como resultado un niño saludable.

– Es importante que “no comas el doble, comé mejor”.

CONSTIPACIÓN Y HEMORROIDES

CONSTIPACIÓN

Este síntoma tan molesto para las mujeres en general, se ve aumentado en el embarazo. Se debe principalmente a la compresión del útero en crecimiento sobre el intestino. Además influyen otros factores tales como los cambios hormonales propios de este momento biológico y los suplementos orales de hierro que debe ingerir como medicación la embarazada para evitar las anemias. La constipación, disminución en la frecuencia de evacuación del intestino, es bastante molesta ya que al no evacuar pueden producirte gases y hacerte sentir dolorida.

Aumentar la ingesta de fibra

La fibra ayuda a la formación de masa fecal de consistencia suave. Se encuentra en muchos vegetales, frutas y granos. La incorporación de fibra a tu dieta debe ser en forma paulatina, de manera que tu organismo se acostumbre de a poco a ella.

¿Qué alimentos contienen fibra?

– VEGETALES: Acelga, espinaca, zapallitos, berenjena, remolacha y en los vegetales crudos como la lechuga, radicheta y rúcula.

– LEGUMBRES: Porotos, garbanzos y lentejas.

– FRUTAS CON CÁSCARA: Manzana, durazno, damasco, pera.

– CÍTRICOS: Naranja, mandarina, pomelo y limón.

– SALVADO: Sólo o en panes y galletitas.

– LECHE: Únicamente aquellas con el agregado de fibra activa.

Aumentar el consumo de líquidos

El líquido ayuda a mantener la materia fecal suave y de fácil tránsito intestinal. Por ello, es importante la ingesta de líquidos suficientes. Es recomendable no ingerir líquidos que contengan cafeína o alcohol. Tanto la cafeína como el alcohol tienden a secar el sistema. Se recomienda ingerir de 1 a 2 litros por día. Para evitar gases e inflamación es preferible evitar bebidas gaseosas y tomar infusiones con bombilla o bebidas con sorbete.

Yogures

Yogures que presenten acción probiótica.

Realizar ejercicio físico

El ejercicio regular ayuda al aparato digestivo a mantenerse activo y saludable. No es necesario convertirse en un gran atleta, Tan sólo con 20 o 30 minutos diarios de caminata es suficiente.

Respetar los tiempos

Darse el tiempo necesario para realizar el movimiento evacuatorio. A veces, nos sentimos tan apurados que no le prestamos atención a las necesidades de nuestro cuerpo. Asegurate de no ignorar la urgencia del reflejo evacuatorio. Es importante que tu intestino se acostumbre a un horario y que lo cumplas diariamente. De ser necesario es probable que tu médico te recomiende algún laxante para ayudar a tu organismo a regularizarse.

HEMORROIDES

Las hemorroides son la dilatación de las venas que normalmente existen en el recto y en la zona anal. Aparecen por primera vez durante el embarazo o muchas veces son la reaparición de hemorroides previas. En ocasiones salen del orificio anal, suelen producir picazón o dolor y hasta pueden sangrar.

¿Por qué se producen?

La aparición o agravación de las hemorroides durante el embarazo está relacionada con:

– El útero en crecimiento aumenta la presión sobre las venas en la parte inferior del cuerpo, lo cual puede producir hemorroides.

– Las hormonas del embarazo también hacen que las paredes de las venas se aflojen y es por eso que se hinchan con más facilidad.

– La tendencia a la constipación provocada por el efecto de las hormonas gestacionales que hacen que el tránsito en los intestinos sea más lento. El esfuerzo realizado en algunos casos para mover el intestino induce la dilatación de las venas hemorroidales

¿Cuáles son los síntomas?

Si las hemorroides salen fuera del recto, se siente al lado del ano como un bulto esponjoso y suave, del tamaño de un maní al de una uva. Otros síntomas asociados son picazón, dolor y a veces sangrado en la zona. El sangrado puede ser escaso o copioso, y generalmente es posterior a la evacuación intestinal.

¿Cómo puedo prevenirlas?

A continuación te damos algunos consejos para prevenirlas:

– Bebé líquido en abundancia: Por lo menos de 8 a 10 vasos de agua por día. También ayuda tomar uno o dos vasos de jugos de fruta, como el de ciruela.

– Evita estar sentada o parada por mucho tiempo: Es recomendable que no estés sentada o parada por más de una hora seguida. Si este es tu caso te recomendamos que camines durante algunos minutos entre horas.

– Hacé ejercicio regularmente: Con la aprobación de tu mádico, caminar y realizar otras actividades inocuas durante por lo menos 30 minutos por día ayuda al sistema venoso a funcionar adecuadamente.

– No aumentes mucho de peso: El exceso de peso pone más presión sobre el abdomen y tendrás más probabilidades de que te salgan hemorroides.

– Evita la constipación

¿Cuál es el tratamiento?

El uso de productos llamados flevotónicos ayuda a mejorar la circulación venosa.

Otras recomendaciones:

Para ayudar al tratamiento de esta incómoda complicación del embarazo o del postparto inmediato, podés seguir estos consejos que aliviarán el dolor, hinchazón y picazón:

– Mantené limpia el área del ano: No es necesario limpiar con jabón ya que puede agravar el problema. Intenta secarte suavemente después del baño porque la humedad causa irritación.

– Utilizá papel higiénico suave: El papel higiénico áspero o aquellos que vienen perfumados o de color pueden irritar más la zona. Son recomendables los de papel tissue blanco y previamente humedecido.

– Realizá baños de asiento: Con agua tibia o con té de Malva durante 10 a 20 minutos varias veces por día.

– Aplica compresas frías: Durante 10 minutos hasta cuatro veces al día.

– Utilizá cremas Antihemorroidales: Se pueden utilizar cremas a base de anestésicos locales como la Xilocaina y ante cualquier duda siempre consultá a tu médico.

EJERCICIOS PARA EMBARAZADAS

Salvo que exista una razón médica que te lo impida, hacer ejercicio es una buena manera de empezar a sentirte mejor. La práctica moderada, de al menos 30 minutos por día, te ayudará a evitar una posible diabetes gestacional. Y a su vez, te servirá para desarrollar la resistencia que necesitás para el parto. Una recuperación temprana y rápida después del nacimiento de tu bebé, es posible.

Normas generales

Los ejercicios deben realizarse de forma regular, con movimientos suaves y una respiración controlada. Pueden mantenerse hasta el final del embarazo (salvo contraindicación del tocólogo). Se realizarán sobre una superficie semidura utilizando ropa y calzado cómodos.

EJERCICIO 1:

Sentada con la espalda recta y las piernas dobladas, apoyando planta con planta, sostené los brazos a la altura de los hombros, y levantalos contrayendo, y doblando codos bajá a la altura de los hombros nuevamente.
Repetí 8 veces.

EJERCICIO 2:

Acostada boca arriba, levantá los brazos al mismo tiempo que contraes tus músculos abdominales y levantas tus piernas dobladas. Este ejercicio también podes hacerlo tomando con ambas manos tus músculos abdominales una vez contraídos, levantando las piernas dobladas.
Repetir de 6 a 8 veces.

EJERCICIO 3:

Sentada con la espalda recta, doblá y contrae los brazos y cerralos al frente apoyándolos con fuerza. Subí y bajá los brazos.

Repetí de 6 a 8 veces.

EJERCICIO 4:

Colocate en cuclillas, manteniendo recta la espalda, de preferencia apoyando los talones en el piso, sin dejar que los pies roten demasiado hacia afuera o adentro, empujá las rodillas con tus brazos para estirar los músculos de la parte inferior del muslo.

EJERCICIO 5:

De pie con la espalda y piernas rectas y abdominales contraídos, contraé los perineales (músculos alrededor de la vagina) y contá de 1 a 8, bajá lo más que se pueda, abriendo más las piernas relajando los músculos perineales, contando de 8 a 1.

Repetir de 4 a 6 veces.

EJERCICIO 6:

De pie con la espalda recta, piernas abiertas y brazos extendidos, bajá el brazo para tocar el pie del mismo lado que has girado hacia afuera. Cambia al otro lado y repetí cuatro veces de cada lado.

EJERCICIO 7:

a) Con el abdomen contraído, rodillas separadas, estirá la espalda y la cabeza, llevando los brazos hacia adelante estirados.
b) Dejá caer el peso de los glúteos hacia atrás recargándolos entre los pies, estirando la espalda. Descansá la cabeza y los brazos, manteniendo esa posición por unos segundos.

Repetir de 4 a 6 veces.

EJERCICIO 8:

Sentada con la espalda recta, juntá las plantas de los pies, haciendo presión sobre las rodillas con las manos, para tratar de tocar la superficie del piso con ellas.

EJERCICIO 9:

Acostada con la espalda pegada al piso, y una pierna doblada, subí la otra cuando se inspira profundamente llevando el pie en arco, al bajar, contraé los músculos abdominales y expirá.

Repetir 8 veces con cada pierna.

EJERCICIO 10:

Con las palmas y las rodillas apoyadas en el piso sin doblar los codos, extendé la columna (como gato erizado), lo máximo posible hacia arriba, por unos segundos y volvé a la posición original.

Repetir 10 veces.

EJERCICIO 11:

De pie con las piernas separadas y la espalda recta, bajá abriendo las piernas. Ponete en puntas y bajá hasta asentar los pies en el suelo.

Repetir de 4 a 6 veces.

EJERCICIO 12:

Apretá firmemente palma contra palma, codos levantados, contraé los pectorales y aflojá suavemente. Repetí de 8 a 12 veces. Tomá con las manos los antebrazos y levantá los codos a la altura de los hombros, haciendo presión, con el fin de tensionar los músculos pectorales.

Repetir de 12 a 16 veces.